El objetivo del proyecto es de contribuir a reducir a corto plazo los impactos sanitario, social y económico remanentes de la crisis de COVID-19 para las poblaciones más vulnerables de la República Dominicana, al tiempo que busca reforzar la preparación frente a futuros choques de índole sanitario, económico o natural. Para tal fin se busca el fortalecimiento del sistema de vigilancia de la salud del país y el desarrollo de medidas de protección social. 

Los objetivos específicos son: 

El proyecto contempla por un lado la implementación de un programa de cooperación técnica, implementado por Expertise France, y por otro, la ejecución de adquisiciones en equipamientos e infraestructura. 

Los dos componentes y subcomponentes del proyecto son los siguientes:  

Componente salud: Fortalecimiento del sistema de salud dominicano y su capacidad de preparación y respuesta a las crisis de acuerdo con las normas del Reglamento Sanitario Internacional y enfoque Una sola salud. 

Componente protección social: Refuerzo de la resiliencia de los programas de protección social ante las crisis 

 Situación del sector de intervención 

En el marco del componente de protección social y, específicamente, con el eje del proyecto que apunta a la mejora de las capacidades de recuperación para el restablecimiento de los medios de vida y las condiciones de vida, el programa Supérate tiene el propósito de articular iniciativas para contribuir a la autonomía económica de los hogares. Mediante el fomento de capacidades y competencias, están contemplando el fortalecimiento de las soluciones socioeducativas formales e informales, esquemas asistenciales y de desarrollo de capital humano-social que ofertan, así́ como la vinculación con servicios de apoyo para la inserción laboral y el emprendimiento productivo, con especial énfasis en las mujeres vulnerables. 

Es importante resaltar que uno de los desafíos más persistentes en el ámbito del desarrollo es transformar las vidas económicas de las personas extremadamente pobres y vulnerables. Las consecuencias de la pandemia, así como de los constantes efectos del cambio climático (tormentas, huracanes, etc) en nuestro país hace que este desafío se vea magnificado afectando más gravemente a los pobres y vulnerables; y donde los niveles de incidencia por género son desproporcionados. 

El Estado dominicano, asumiendo el rol que tiene en la provisión de protección social y la promoción de sus ciudadanos, con un énfasis particular en los más pobres y vulnerables y valorando lo multidimensional del proceso requiere que se consideren o integren en los procesos de formulación de políticas públicas sociales diversos actores como lo son el —el mercado, las familias y las organizaciones sociales y comunitarias— que son también proveedores de bienestar y protección social y que un sistema integral de protección tiene que tomar en cuenta sus interacciones. La responsabilidad primaria de garantizar derechos económicos, sociales y culturales recae sobre el Estado. 

La protección social desempeña un papel protagónico en las sociedades contemporáneas en términos de la inclusión y cohesión social, de la reducción de la pobreza y de las disparidades sociales, a la vez que interactúa, a través de diversos mecanismos, con la facilitación de la transformación productiva y la mejora de la productividad. Es por ello que la protección social está en el centro de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, ocupando una atención creciente de gobiernos y actores sociales.  

En América Latina, la alta incidencia de empleo informal desafía la eficacia de la protección social vinculada sólo al empleo formal. Esto desafía la eficacia de un sistema de protección social basado exclusivamente en el empleo formal. Desde los años 2000, ha habido un esfuerzo por expandir la cobertura más allá de la formalización laboral y fortalecer los sistemas contributivos. Otros desafíos estructurales incluyen: el aumento del empleo en el sector de servicios, menos formal que la industria; la creciente participación femenina en el trabajo, a menudo en sectores menos productivos y más informales; el envejecimiento de la población y la disminución del bono demográfico, que aumentan las tasas de dependencia; el crecimiento de las clases medias con mayores demandas de protección social y seguridad de ingresos en la vejez; y las limitaciones en las capacidades institucionales. 

Los programas de transferencias con corresponsabilidad han demostrado tener una amplia experiencia al operar como puerta de entrada a sistemas integrales y ente articulador a nivel técnico y operativo, posibilitando un trabajo conjunto de distintos programas sociales a nivel local y convirtiéndose en un canal de comunicación entre la demanda y la oferta.   

El ministerio de trabajo conjunto a Supérate, unen esfuerzos estratégicos para garantizar que la población cuente con la formación de las técnicas y herramientas para la búsqueda exitosa de empleo, propiciando oportunidades como ferias y jornadas que los beneficien a su intermediación laboral, al igual que ser incluido de manera efectiva a la Bolsa de empleo. 

El nivel de operativa y de flujo de coordinación con el ministerio de trabajo es bajo, no se ha llevado a un 70% lo establecido en el convenio entre instituciones. Nuestros participantes de supérate no se han incorporado en la plataforma EmpleateYa, cómo tampoco han recibido orientación laboral por parte del ministerio. Por el momento se están participando en las jornadas y ferias laborales.  

A través de esta experticia se busca la definición de estrategias y metodologías para procesos de intermediación laboral más asertivos y la sistematización de los mismos mediante guías específicas. Esto conlleva generar mayor claridad en las definiciones y un marco común para la inclusión económica; implica la integración gradual de las personas y los hogares en procesos de desarrollo económico y comunitario más amplios mejor articulados, con hincapié en el incremento de sus ingresos y bienes, y con vistas a fortalecer su resiliencia y oportunidades futuras. Estas herramientas se desarrollarían tomando en consideración los lineamientos del ente rector y se constituyen en avances a nivel de fortalecimiento de los niveles de coordinación existentes. 

Este proyecto tiene como objetivo robustecer los programas de inclusión económica con miras a que fortalezcan la resiliencia de las personas extremadamente pobres y vulnerables. 

 Papel de la institución  

El Programa Supérate ha sido creado en 2021 mediante el Decreto n.º 377-21, el cual lo señala como una línea de acción de protección social del Gobierno dominicano y, además, como la estrategia de lucha integral contra la pobreza. Supérate tiene como norte la intervención social focalizada a través de la integración de transferencias monetarias condicionadas, acompañamiento socioeducativo y vinculación con programas y servicios del Estado, articulados en acciones que se fundamentan en ocho componentes: «Inclusión Educativa», «Salud, Seguridad Alimentaria y Apoyo en Emergencias», «Inclusión Económica», «Vivienda», «Identifícate», «Cuidados», «Supérate Mujer» y «Acompañamiento Sociofamiliar». Supérate involucra, además, a las familias en situación de vulnerabilidad en el proceso de desarrollo integral a través de corresponsabilidades vinculadas a subsidios, lo cual contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional, propiciando la generación de ingresos de estas, con la inversión en la educación y salud de sus miembros. 

En lo que al contexto actual respecta, en el programa Supérate se destaca el apoyo del proyecto con la definición de metodologías de intermediación laboral para la iniciativa Superemprendedoras cuya misión es dotar a las participantes de las  herramientas necesarias para que puedan emprender, valerse por sí mismas y salir de la pobreza. Esto se complementa con otros recursos de acompañamiento como las guías para formulación de planes de negocio y diseño de metodologías de acompañamiento y el diseño e impresión de material promocional para empoderamiento de la mujer en microemprendimientos y su inclusión económica.